sábado, 22 de septiembre de 2012

Semuc Champey y las cuevas de Lankín



Uno de los atractivos más visitados en Alta Verapaz, lo constituye Semuc Champey y las cuevas de Lankín. Su relativa cercanía y la tranquilidad de las aguas lo convierten en un excelente destino familiar, así como lo accesible de las cuevas de Lankín.

El nombre, haciendo "promedio" con la información recopilada, significa "agua sagrada que se esconde en la piedra". Y es que el río de cauce fuerte llega a internarse en la roca y deja en la superficie una serie de pozas de aguas tranquilas.


En el recorrido de dichas cuevas se pueden encontrar diferentes esculturas naturales formadas por el paso del tiempo. Las cuevas de Lanquín abarcan kilómetros de kilómetros, y aún no han sido exploradas en su totalidad. Figuran en el libro de leyendas de la cultura maya, el Popol Vuh, como la entrada a Xibalbá, el inframundo.


Una caprichosa topografía aporta al río Cahabón, una mezcla de encantos que van desde las pozas de tranquilas aguas verde esmeralda, que se pueden apreciar en Semuc Champey, hasta la corriente impetuosa que se observa en la parte baja del afluente, en el mismo municipio.


Cataratas de Chulac.

       
       
Como en un cuadro pintado por la naturaleza, es el extraordinario paisaje que ofrece este puente natural, o plataforma de piedra, en la que manantiales y lagunetas cristalinas reflejan el colorido turquesa de sus aguas.
Sumergido en el bosque lluvioso el sitio es ideal para disfrutar de la exuberante belleza del entorno. El área es protegida celosamente por los guardarrecursos, por lo que es preciso seguir las recomendaciones antes de ingresar. Lleva tus alimentos y sigue las indicaciones.





En el recorrido de dichas cuevas se pueden encontrar diferentes esculturas naturales formadas por el paso del tiempo, así como una esplendida variedad de estalactitas y estalagmitas de impresionantes formas y tamaños.
Dicho recorrido cuenta con unos 300 métros aproximadamente de alumbrado eléctrico.

Río Cahabón
La vertiginosa corriente que el río Cahabón presenta en un largo trayecto, ha sido el principal estímulo para que nacionales y extranjeros lo tengan como un destino ideal para la aventura en balsas. Rápidos de clase III y IV (intermedio y desafiante) pueden practicarse en un recorrido de 50 kilómetros, que comienza en las cercanías de las Semuc Champey.Conforme se adentra en este hermoso lugar el viajero puede disfrutar del paisaje que cambia de una manera abrupta, ofreciendo una topografía variada y colorida. La bruma y lluvias ocasionales lo acompañarán en esta travesía terrestre, salpicada en algunos tramos por el blanco de los lirios silvestres.
Ya en el municipio de Lanquín puedes abastecerte de provisiones, aunque lo ideal es llevar todo desde tu punto de partida, ya que Lanquín es una comunidad rural en donde encontrarás sólo lo indispensable. A media hora más de camino se encuentra esta Reserva Natural Protegida. Un puente reforzado de una sola vía es el primero en dar la bienvenida junto con mariposas de intensos tonos azules que danzan al compás del murmullo del río Cahabón.

PASEANDO POR EL BOSQUE:
El sitio es ideal para relajarse entre la sinfonía natural del agua, el viento que roza las copas de los árboles y la espesura del bosque que cobija a los que desean acampar. Completan el paisaje cavernas, sumideros, manantiales, cerros residuales y esas pozas escalonadas. Todo ello al fondo del profundo y abrupto valle labrado por la fuerza del río Cahabón.





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