En Guatemala la época de Cuaresma y Semana Santa está llena de olores, sabores y colores característicos, que se entrelazan con la fe y el fervor religioso que se vive en el país, fruto de nuestra mezcla étnica y cultural. Guatemala es una tierra de colores intensos, vivos. El característico color morado de la época, identifica a los cucuruchos, a las alfombras de aserrín y a las flores de las jacarandas.
La Jacaranda es un árbol perteneciente a la familia “Bignoniaceae”, del orden “Lamiales”, nativo de Sudamérica. Su nombre proviene del guaraní “Jacarandá”, que significa “fragante”. Crece en un rango de los 10 a los 3 mil 300 msnm, de México hasta América del Sur.
Según indica la bióloga Jessica López, del Herbario BIGU, de la Escuela de Biología, de la Escuela de San Carlos de Guatemala, “Jacaranda mimosifolia”, es el nombre científico de la especie más popular de las más de 40 que conforman esta familia. El tronco de este árbol tiene una altura de 6 a 9 metros y un diámetro de 40 a 70 cm Las flores son panículas terminales de forma tubular, acampanada y miden de 4 a 5 cm de largo. La floración se produce entre los meses de diciembre y marzo”.
La Jacaranda, árbol de destellos púrpuras inigualables, donde, bajo su follaje se entretejen leyendas, amores, poemas.
Su uso más popular es ornamental, aunque su madera es muy utilizada en la ebanistería y su uso en la medicina tradicional es muy difundido. Un uso muy popular es el té de Jacaranda, medicina contra las amebas, para lo cual las flores de jacaranda se hierven en un poco de agua y se obtiene un té. Algunos también le atribuyen a este té efectos curativos para la “goma”, nombre popular chapín que recibe la resaca.
Deborah De León, ingeniera agrónomo, de la Universidad de San Carlos, indica “que este árbol es de rápido crecimiento y fácil mantenimiento, lo que la ha popularizado, pues requiere poca humedad y pocos cuidados, por lo que se ha vuelto parte del entorno urbano que engalana las calles de la ciudad”. Agregó “que además es un árbol que posee alta resistencia a la contaminación y algunos estudios han demostrado que, además de producir oxígeno, absorbe el plomo del ambiente, lo que la convierte en una especie de gran valor e importancia”.
Guatemala, donde las calles, las alfombras y los cucuruchos, cada semana Santa se engalanan de color morado jacaranda.